
Procedente del antigui reino de Siam –la actual Thailandia-,allí el gato siamés estaba reservado solo a familias de la realeza y conservado cuidadosamente en el palacio real. De este país fue exportado a Europa, a menudo como regalo de diplomáticos en las cortes del viejo continente. En el siglo XX, ya totalmente integrado, se lanzó a la popularidad.
De porte noble y esbelto y seductores ojos azules, cuando nace el siamés es completamente blanco. Es a partir del quinto día cuando empieza a definirse el color de su pelaje en algunas partes de su cuerpo. Los más habituales son el marrón, el beige, el azrul, el chocolate y el crema.
“Es una raza extremadamente felina”, la define la veterinaria. “Son muy fibrados, marcan todos sis músculos, recuerdan a una pantera o a un tigre. Se nota que proceden de los felinos, a pesar de no tener los colores”.
El siamés, movido y juguetón
El siamés es el más extravertido de los gatos domésticos, de caracter fuerte y nada tranquilo.
Para Sonsoles Pons “también su caracter tiene un componente muy felino. Le gusta el juego, la caza, el movimientio y necesita estar constanetemente en acción. Hay que buscarle siempre entretenimiento y le atraen mucho todos los juguetes específicos para gato”.
Al siamés le gusta la compañía y tiene terror a la soledad. Se deprime si no se le hace caso y es capaz de perseguir a su amo por toda la casa para que se le preste atención. Muestra mucho afecto, pero al mismo tiempo es también muy posesivo.
“La Sidy era muy sociable conmigo, su ama, pero más que tocarla o acariciarla, lo que quería era que jugase con ella”, recuerda Sonsoles. “Y con los extraños era poco o nada sociable, si la molestaban no le costaba demasiado sacar las uñas e incluso atacar”.
Socializar al siamés
Por ello, se aconseja socializarlos en seguida desde cachorros, para que se habituen a la vida rodeados de huamnos. Con los niños pueden llegar a disfrutar mucho si juegan juntos, pero hay que aprender a conocerlos.
“Yo ya la tenía en casa cuando nacieron mis hijos y, como ya la tenía educada, no fue difícil que se adaptara. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que aunque les gusta jugar, no son tan receptivos a que los toquen ”.
El siamés, un gato muy sano
En cuanto a su constitución el siamés es un gato extremadamente sano. “Su esperanza de vida es muy alta, son muy logevos, si los cuidas con una buena alimentación y los mantienes bien vacunados y desparasitados. Sidy vivió hasta los 18 años».
Además, tener cuidado de su higiene es tarea fácil, pues como la mayoría de los gatos es muy limpio. Solo requiere que se le cepille un poco el pelo un par de veces por semana.
Respecto a la alimentación, no es necesario darle un pienso específico para esta raza. Lo que sí es importante es tener en cuanta las características del animal y sus hábitos de vida.
“Yo le daba un pienso comercial de alta gama, primero para animales no esterilizados y después para esterilizados porque tenía tendencia a engordar. Ya de mayor pasé a darle un pienso senior de régimen para protegerle el riñón, ya que los gatos de forma general sufren de ello. A mi gatita no le gustaban desasiado las latas húmedas ni la comida casera”.
Ficha de raza
Talla: mediana
Peso: de 2,5 a 5,5 kg
Cabeza: Triangular, morro fino, nariz larga y recta, orejas amchas, ojos almendrados de tipo oriental de color azul intenso. Cuello largo y delgado.
Cuerpo: Longilíneo de tipo oriental, esbelto y elegante, flexible, musculoso. Patas largas y finas.
Cola: larga y fina
Pelaje: pelo corto, fino, sedoso, consistente y brillante
