El chip y la chapa. Identifica correctamente tu mascota

La identificación con microchip, la chapa identificativa y el censo municipal son obligatorios en toda España. En este artículo te explicamos cómo identificar correctamente a tu mascota.

El chip

El microchip es el DNI del animal de compañía y la mejor garantía de poderlo recuperar en caso de pérdida. El chip es de la medida de un granito de arroz y por protocolo se pone al lado izquierdo del cuello. Lo coloca el veterinario de manera subcutánea y sin anestesia y nuestras auxiliares recogen los datos del animal y llenan el formulario con toda la información que se envía al Registro General de Animales de la Generalitat de Cataluña, donde tienen el control de todos los animales registrados.

El chip tiene una numeración visible cuando pasas el lector y, vinculado a esta numeración, están todos los datos del propietario y del animal. Los veterinarios pueden acceder al archivo, si por ejemplo, una persona les lleva un perro que se ha encontrado. Así evitamos ir a la policía o a la protectora puesto que en el archivo estará registrado el teléfono del propietario.

El chip es obligatorio y es muy importante ponerlo y darlo de alta. A menudo se dan casos de gente que compra cachorros, les pone el chip pero no los ha dado de alta. En este caso sólo es un número sin ningún dato vinculado y no se podría identificar nunca el propietario. También es muy importante actualizar los datos en caso de cambio de propietario. El chip está preparado para durar toda la vida del animal.

La chapa

Las chapas son unas plaquetas para ponérselas en el cuello, grabadas con los datos del propietario del animal (nombre y teléfono). Son obligatorias pero en cualquier caso no sustituyen nunca al chip. Es el procedimiento más rápido para localizar al propietario del animal, puesto que cualquiera puede llamar y no hay que ir a un centro que tenga lector de chips. En la chapa también se puede indicar que el animal lleva chip.

Finalmente, hay que saber que es obligatorio censar el animal con su inscripción al registro censal del municipio donde se reside. Una vez inscrito, el ayuntamiento le da de alta en el Registro General de Animales de Compañía (ANICOM). También es importante actualizar los datos del censo cuando el animal cambia de domicilio y darlo de baja en caso de defunción.